Está bien ubicado, es una isla pequeña y todos los hoteles están cerca de la playa, apenas hay distancias (aunque los turistas pudientes se empeñan en moverse en tuk tuk, por no caminar unos cientos de metros)
La habitación es espaciosa aunque un tanto básica.
Cogimos una sin aire acondicionado, solo con ventilador. De día hace mucho calor, como en todo el resto de la isla (además no son muy de aire acondicionado, en el 7/11 y en pocos sitios más), pero de noche la brisa refresca y se duerme muy bien.
La chica de recepción es muy simpática.
No incluyen desayuno, aunque hay un bar donde se come muy bien y es uno de los más baratos que encontramos en la isla.
Bastante digno, teniendo en cuenta los precios de la isla.
La única pega, y esto si que hay que señalarlo, el nauseabundo olor que salía del baño permanentemente. Suele ocurrir bastante amenudo en los hoteles, pero hasta ese punto nunca antes me lo había encontrado.